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Psoriasis pustulosa

La psoriasis pustulosa es un tipo de psoriasis de evolución rápida que se caracteriza por la aparición de pústulas blancas.

La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica. Por lo general, afecta a la piel y las articulaciones y también está asociada a otras enfermedades concomitantes. Existen diversos subtipos clínicos de psoriasis, entre ellos, una variante pustulosa.

La psoriasis pustulosa (PP) acelera el ciclo de vida de las células cutáneas y provoca que las células se acumulen rápidamente en la superficie de la piel. Se caracteriza por la aparición de pústulas blancas (ampollas de pus no infeccioso de infiltrado inflamatorio neutrófilo y mononuclear en la epidermis) rodeadas de piel enrojecida, edema e hiperplasia que puede producir picor y, en ocasiones, dolor. Por lo general, se manifiesta rápidamente con la aparición de ampollas llenas de pus algunas horas después de que la piel se ponga roja y sensible. La PP generalizada también puede provocar fiebre, escalofríos, picazón intensa y diarrea.

La PP es una enfermedad rara marcada por episodios recurrentes o brotes que afecta tanto a niños como a adultos (se manifiesta alrededor de los 40-50 años). Puede presentarse en forma difusa o localizada en zonas pequeñas de las manos, los pies o la yema de los dedos. Normalmente, las personas de origen asiático suelen verse más afectadas que la población de raza blanca, y afecta por igual tanto a mujeres como a hombres.

Debe realizarse una exploración cutánea de todo el cuerpo, que incluirá una evaluación exhaustiva de las mucosas y las uñas, para detectar otros signos de psoriasis.

No existe una cura para la PP, pero los síntomas se pueden controlar. Las medidas relacionadas con el estilo de vida, como aplicarse crema hidratante, dejar de fumar y controlar el estrés, pueden ser útiles en el tratamiento de esta enfermedad.

La finalidad principal del tratamiento es detener el crecimiento acelerado de las células cutáneas, evitar la infección y la eliminación de líquidos, estabilizar la temperatura corporal y restablecer el equilibrio químico de la piel. El tratamiento podrá variar de una persona a otra dependiendo de los síntomas que presente. Es posible que una persona tenga que probar más de un tratamiento o una combinación de varios antes de encontrar el más adecuado.

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