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Relación entre la anemia y la Enfermedad Inflamatoria Intestinal

14 de septiembre, 2022

Patologías

Una de las complicaciones con mayor prevalencia entre los pacientes con Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) es la anemia. Aunque los datos varían en función de los estudios, se estima que entre un 30% y un 50% de estos pacientes la padecen. Esta complicación se manifiesta en forma de fatiga crónica, un síntoma que tiene un significativo impacto en la calidad de vida de estos pacientes. De hecho, puede debilitar al paciente tanto o más que el dolor abdominal o la diarrea. Además, la anemia puede suponer una mayor morbilidad para el paciente, con un aumento del número de transfusiones, de ingresos hospitalarios y del tiempo medio de su estancia hospitalaria1.

Evitar las consecuencias de la anemia en la Enfermedad Inflamatoria Intestinal es uno de los objetivos principales del gastroenterólogo. Éste, en su afán por mejorar la calidad de vida de estos pacientes, se centra en identificar correctamente los pacientes con anemia e instaurar el tratamiento más idóneo. De hecho, considera la anemia como un factor importante en la detección, evolución y tratamiento de patologías como la colitis ulcerosa2. Algunos profesionales, incluso, le confieren entidad propia.

¿Qué es la anemia?

La anemia es la disminución de la cantidad de glóbulos rojos o de hemoglobina en sangre. Como consecuencia, no llega suficiente oxígeno desde los pulmones al resto de tejidos del cuerpo y, por lo tanto, las células no funcionan correctamente. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se alcanza la anemia cuando la hemoglobina en sangre es inferior a 13 g/dl en hombres y 12 g/dl en mujeres. Si los valores llegan a 10 g/dl, se considera anemia grave.

En definitiva, la anemia surge cuando se destruyen más glóbulos rojos de los que crea el organismo. Algunos de los síntomas que pueden alertar de que el paciente sufre esta manifestación extraintestinal son: dolor de cabeza, fatiga, taquicardia, irritabilidad, fragilidad de pelo y uñas, náuseas, vértigo, tinnitus (zumbidos en los oídos), disnea o reducción de la capacidad cognitiva, entre otros. En caso de tener varios de estos síntomas, es necesario acudir al médico para realizar un hemograma y descartar o confirmar la anemia.

Causas de la anemia en pacientes con EII

En un paciente con Enfermedad Inflamatoria Intestinal suelen coexistir varios factores o mecanismos que desencadenan la anemia. A pesar de su carácter multifactorial, se pueden distinguir dos causas principales:

  • En primer lugar, la pérdida de hierro: Se conoce como anemia ferropénica y es la principal causa de esta complicación. Su origen suele deberse a una hemorragia a través de lesiones intestinales que pasa desapercibida. Al perder sangre, también se pierde hierro y hemoglobina.
  • En segundo lugar, las alteraciones inflamatorias crónicas también pueden ser las responsables de su aparición. En este caso, se conoce como anemia de proceso crónico o de trastornos crónicos. Las citoquinas o citocinas proinflamatorias, proteínas propias de los brotes en EII, provocan un fallo en el funcionamiento de la médula ósea y se produce menos hemoglobina. A menudo coexiste con la anemia ferropénica.

Otras causas de la anemia en pacientes con EII son: el déficit de vitaminas como el ácido fólico y la vitamina B12; la acción de algunos medicamentos como los aminosalicilatos o los derivados tiopurínicos; y la anemia hemolítica, más presente en los pacientes con colitis ulcerosa3.

Saber la causa para establecer el mejor tratamiento de la anemia en la Enfermedad Inflamatoria Intestinal

La falta o pérdida de hierro en pacientes con Enfermedad Inflamatoria Intestinal, por muy leve que sea, no debe considerarse como un indicador insignificante. Nada más lejos de la realidad. Es un síntoma de que hay algún desajuste en el tratamiento de la colitis ulcerosa o de la Enfermedad de Crohn.

Por ejemplo, si tras una evaluación del paciente se comprueba que la EII está activa, será necesario ajustar la medicación para controlar los brotes y, a su vez, revertir la anemia.

En caso de que el paciente sufra una anemia ferropénica, deberá controlarse en primer lugar la inflamación provocada por la EII. Incluso, puede ser necesario modificar su tratamiento. Y para tratar la anemia se pueden emplear suplementos de hierro oral, hierro administrado por vía endovenosa o, en ocasiones, será necesario suplementar con ácido fólico o vitamina B12. La dieta rica en alimentos con hierro es aconsejable como complemento y también para prevenir este tipo de anemia.

  1. http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1130-01082008000500007
  2. Goodnough LT, Nissenson AR. Anemia and its clinical consequences in patients with chronic diseases. Am J Med 2004; 116 (Supl. 7A): 1S-2S
  3. What is ulcerative colitis? – Adacyte

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