La enfermedad inflamatoria intestinal (EII), al tratarse de una enfermedad crónica inmunomediada, se asocia con un mayor riesgo de desarrollar displasia y cáncer, fundamentalmente debido a la inflamación crónica, que constituye un factor de riesgo independiente vinculado a la duración y extensión de la enfermedad1.
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Cáncer y EII: ¿existe una relación entre ellas?
26 de marzo, 2025
Patologías

De todos modos, el riesgo de que los pacientes con colitis ulcerosa (CU) desarrollen cáncer colorrectal (CCR) ha disminuido constantemente durante las últimas seis décadas debido a los avances terapéuticos y al seguimiento estrecho de los pacientes, pero sí se ha observado que la extensión y la duración de la enfermedad aumentan este riesgo2.
Además, como con cualquier persona que padezca o no otras enfermedades, el estilo de vida, el tabaco, el alcohol, la dieta, la edad o la genética también son factores a tener en cuenta cuando hablamos del riesgo o tendencia a padecer algún tipo de cáncer. Un estilo de vida saludable en el que incorporemos una dieta sana, deporte y evitemos el consumo de alcohol y tabaco es recomendable.
Prevención, detección temprana y diagnóstico
La inflamación crónica, una característica distintiva de las EII, se ha identificado como un factor clave en la relación con el cáncer. La inflamación constante puede dañar las células intestinales y aumentar el riesgo de mutaciones genéticas que podrían conducir al desarrollo de células cancerosas.
Existen situaciones especiales en las que el riesgo de desarrollo de cáncer de colon es aún mayor, como por ejemplo si se padece colangitis esclerosante primaria, si se tienen antecedentes familiares con cáncer colorrectal o historia personal de cáncer colorrectal3. Por ello, se plantea varias cuestiones prácticas. Las causas detrás de las tendencias cambiantes en la epidemiología del CCR relacionada con la CU son complejas. Un elemento clave puede ser el diagnóstico temprano y el tratamiento de las lesiones precancerosas mediante vigilancia colonoscópica o, en ocasiones, colectomía profiláctica, mientras que la tercera opción es la quimio prevención primaria1,3,4.
Dada esta posible asociación, en algunos perfiles de paciente con EII podría recomendarse un monitoreo regular, colonoscopias para evaluar el estado del revestimiento intestinal y/o incorporar al paciente al seguimiento de programas de detección temprana de cáncer.
La investigación continua y una atención médica personalizada son fundamentales para comprender completamente la relación entre las EII y el cáncer, así como para desarrollar estrategias efectivas de prevención y tratamiento. La colaboración entre pacientes y profesionales de la salud juega un papel fundamental en el manejo de estas complejas condiciones y en la reducción del riesgo asociado.
- https://www.elsevier.es/es-revista-gastroenterologia-hepatologia-14-articulo-enfermedad-inflamatoria-intestinal-cancer-colorrectal-S0210570520302454
- https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/apt.12651
- https://www.wjgnet.com/1007-9327/full/v14/i25/3937.htm
- https://educainflamatoria.com/adherencia-y-seguimiento/prevencion-cancer/
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