En el caso de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), aunque otras células como los linfocitos y los monocitos tienen una función determinada, la principal célula inflamatoria implicada en el mecanismo patogénico es el neutrófilo, también llamado granulocito.
Los neutrófilos son reclutados activamente del torrente circulatorio a la capa mucosa del intestino, produciendo las lesiones propias de esta enfermedad mediante su desgranulación y la liberación de diversas proteinasas y quimiocinas.
De hecho, el protagonismo del neutrófilo en esta enfermedad es tal que diversos estudios han demostrado una espléndida relación entre la presencia de neutrófilos en la pared gastrointestinal de los pacientes con EII y el riesgo de recaída clínica (brote de la enfermedad) o de cáncer de colon.
Otro hecho que demuestra la relevancia de la presencia de neutrófilos en la pared intestinal de los pacientes con EII es la utilidad de la calprotectina fecal para la predicción de recaídas o el diagnóstico de actividad de la enfermedad incluso en ausencia de síntomas. La calprotectina fecal es la principal proteína existente en el citoplasma de los neutrófilos y es detectable en heces siempre que la mucosa del tubo digestivo se halle infiltrada por estas células. Las características fisicoquímicas de esta proteína y su resistencia a la degradación por parte de las bacterias del colon han permitido su uso en la práctica clínica, convirtiéndola en el parámetro más utilizado y fiable para el manejo y evaluación de los pacientes con EII, en especial de aquellos con colitis ulcerosa.