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17 de mayo, 2021

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La granulocitomonocitaféresis muestra un mecanismo de acción diferencial y una eficacia y seguridad excelentes en el manejo de la colitis ulcerosa.

  • Ante la necesidad insatisfecha de alternativas terapéuticas más seguras para el tratamiento de la colitis ulcerosa, la granulocitaféresis ha demostrado su eficacia en diferentes escenarios clínicos y muestra un excelente perfil de seguridad.
  • El Dr. Eugeni Domènech, Jefe de Servicio de Aparato Digestivo Hospital Universitari Germans Trias i Pujol de Badalona, es uno de los autores firmantes del artículo que actualiza el mecanismo de acción, los datos clínicos recientes sobre la eficacia y seguridad y los aspectos prácticos del uso de la GMA en pacientes con colitis ulcerosa desde una perspectiva europea.

Madrid, mayo de 2021. La mitad de los pacientes con colitis ulcerosa (CU) requieren al menos un ciclo de corticoides sistémicos a lo largo de su vida. Aproximadamente, el 75% de estos pacientes también necesitarán fármacos inmunosupresores a medio plazo para evitar la colectomía. Estos fármacos suscitan cierta inquietud debido al mayor riesgo de infecciones graves y oportunistas y de cáncer, sobre todo en pacientes de edad avanzada y con comorbilidades, lo que subraya la necesidad insatisfecha de nuevas alternativas terapéuticas más seguras para su manejo.

La granulocitaféresis (GMA), un procedimiento no-farmacológico (dispositivo médico con marcado CE) para el tratamiento de la colitis ulcerosa (entre otras enfermedades inmunomediadas), sigue siendo la única terapia dirigida a los neutrófilos, las principales células inmunológicas desencadenantes  de la patología en la colitis ulcerosa. Este tratamiento consiste en la retirada selectiva de los neutrófilos y monocitos activados del torrente sanguíneo mediante el paso de la sangre del paciente a través de una columna externa, fomentando su reemplazo por granulocitos y monocitos inmaduros (no activados). Esta acción reduce la migración de estas células hacia las zonas de inflamación en el colon, que a su vez, reduce la inflamación en el tejido. Además, el paso a través de la columna induce la secreción de citoquinas antiinflamatorias, la sustitución de las células inflamatorias retenidas en la columna por células inmaduras de fenotipo antiinflamatorio. Adicionalmente, los neutrófilos y monocitos apoptóticos que retornan al torrente sanguíneo desencadenan la proliferación de células T y B reguladoras antinflamatorias. Todas estas acciones inducen un reset inmunológico hacia un fenotipo antinflamatorio en el sistema inmune del paciente.

De hecho, este procedimiento ha demostrado su eficacia en diferentes escenarios clínicos y muestra un excelente perfil de seguridad. De ahí que sea una terapia de primera línea en Japón. Sin embargo, aunque el tratamiento está aprobado por la Unión Europea desde inicios del año 2000, su uso es diferente en nuestro entorno.

Uso de la GMA: Mecanismo de acción, eficacia y aspectos prácticos

Extraer una visión, desde una perspectiva europea, de los datos clínicos recientes sobre la GMA, su eficacia y los aspectos prácticos de su uso en la colitis ulcerosa ha sido el objetivo del artículo “Uso de granulocitaféresis en la colitis ulcerosa: Una revisión práctica desde una perspectiva europea”, publicado en la edición de marzo de la prestigiosa revista World Journal of Gastroenterology. Entre los principales resultados, se concluye que la GMA es un tratamiento bien tolerado, con una percepción excelente por parte del paciente y que, además, ofrece la posibilidad de abordar el tratamiento de la enfermedad por un mecanismo de acción único y por tanto complementario al del resto de fármacos aprobados en el manejo de la CU.

“La irrupción de los tratamientos biológicos para la CU a partir de 2005 redujo inicialmente el interés en la GMA. Sin embargo, estos fármacos presentan una eficacia limitada a medio plazo, con tasas de remisión clínica al año que se sitúan alrededor del 30% de los pacientes tratados, con una elevada probabilidad de pérdida secundaria de respuesta y, en el caso de los anti-TNF, con un perfil de seguridad subóptimo. Todo ello ha reavivado el interés por la GMA, tanto como tratamiento de rescate como tratamiento concomitante a fármacos biológicos, dado que no incrementa el riesgo de efectos adversos”, explica el Dr. Eugeni Domènech, Jefe de Servicio de Aparato Digestivo Hospital Universitari Germans Trias i Pujol de Badalona y principal autor firmante de esta actualización.

El Dr. Domènech lamenta que, en Europa, la GMA se ha situado como tratamiento de rescate tras los anti-TNF. El especialista insta a que la GMA constituya “una alternativa en pacientes frágiles (de edad avanzada, con comorbilidades graves o con historia reciente de cáncer)”. Además, plantea la posibilidad de iniciar tratamientos combinados con cualquiera de los fármacos disponibles en la actualidad con el fin de aumentar la eficacia a corto plazo.

De cara a un futuro y a falta de estudios robustos que lo demuestren, prevé que la GMA “podría ser un firme candidato a tratamiento preventivo de nuevos brotes en pacientes de riesgo, sin incrementar el riesgo de efectos adversos al tratamiento”. El doctor argumenta que, pese a que en la última década se han llevado a cabo múltiples estudios evaluando la genética, genómica (RNAm, microRNA), proteómica e incluso metabolómica, además de estudios basados en la microbiota intestinal, para identificar vías biológicas o nuevas dianas terapéuticas, los resultados obtenidos hasta el momento no permiten identificar aún qué tratamientos son los más idóneos para cada paciente o en cada momento.

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