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Planificar un embarazo en mujeres con EII

6 de febrero, 2023

Patient

Cuando se decide tener hijos se dibujan en el horizonte dudas respecto a la planificación, el embarazo en sí, el parto o la lactancia materna. Una nueva fase en la vida que, si bien llega con mucha ilusión y esperanza, no está exenta de miedos e incertidumbre. Quizá uno de los principales temores de los futuros padres y madres sea la posibilidad de que el bebé nazca con algún tipo de patología que pueda afectar a su calidad de vida.

De ahí la importancia de planificar un embarazo, sobre todo cuando hablamos de pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal (EII) como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn. En estos casos, aunque la mayor parte de los embarazos en pacientes con EII son exitosos y sin complicaciones, es indispensable realizar una consulta previa a la concepción con los profesionales sanitarios para que valoren el estado en el que se encuentra la paciente, cuándo es aconsejable que se quede embarazada o cuáles son los factores de riesgo, además de explicar qué complejos vitamínicos necesita durante la gestación.

En este artículo vamos a explicar con detalle los aspectos a tener en cuenta por parte de los pacientes con EII, principalmente las mujeres, cuando desean tener hijos.

Primer paso: la planificación del embarazo

Las parejas en las que al menos uno de los dos progenitores tenga EII deben planificar el embarazo para establecer ciertos cuidados y controles, tanto de la madre como del feto. Algunos de esos chequeos comprueban que la paciente no tenga déficits de vitamina B12, hierro y ácido fólico, entre otros macro y micronutrientes. Además de este punto tan importante, es necesario detectar si la paciente sufre displasia (crecimiento de células anormales en un tejido u órgano) o carcinoma cérvico-uterino y de colon porque eso afectará directamente a su embarazo.

Por otro lado, cabe destacar, quizá por encima de otros factores, que el mayor riesgo para la madre y el feto es que la EII se encuentre activa. Por eso la paciente nunca debe abandonar el tratamiento de motu propio. Ni antes, ni durante el embarazo porque podría sufrir una recidiva. Y es que, la mayoría de los embarazos complicados (parto prematuro, bajo peso del recién nacido) están relacionados con el propio proceso inflamatorio. De ahí que sea un aspecto fundamental. Para lograr que el embarazo se desarrolle con la mayor normalidad posible y evitar riesgos, la responsabilidad del cuidado y control de las embarazadas recae en un equipo multidisciplinar formado por gastroenterólogos y cirujanos especializados en EII, así como de obstetras expertos en embarazos de alto riesgo y pediatras en recién nacidos con progenitores con enfermedades inflamatorias intestinales.

La fertilidad: EII activa vs EII inactiva

La mayor parte de los estudios que se han realizado sobre fertilidad en hombres y mujeres con EII demuestran que la fertilidad no se ve afectada cuando la enfermedad está inactiva. De hecho, son igual de fértiles que la población general. Es más, un embarazo sin complicaciones es posible siempre y cuando la enfermedad no esté activa.

Sin embargo, es habitual que el miedo a los efectos adversos sobre el feto derivados de los fármacos, a tener un brote durante la gestación o a no poder compatibilizar la enfermedad con los hijos, lleve a los pacientes a tomar la decisión de no tener descendencia. De ahí que más que infertilidad, que el número de embarazos en pacientes con colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn sea inferior a la población general se deba principalmente a una decisión meditada y tomada en el seno de cada pareja. También es un obstáculo, y otra razón por la que los pacientes con EII inactiva deciden voluntariamente no ser padres, la idea de que el bebé pueda desarrollar su enfermedad. En este sentido, si tan solo un progenitor tiene EII, la posibilidad de que el niño o la niña desarrolle la enfermedad es menor al 5,2%. Porcentaje que aumenta hasta un 33% si ambos padres sufren alguna de enfermedad inflamatoria intestinal1.

En el lado opuesto se encuentran los pacientes con EII activa cuya fertilidad sí puede verse afectada. En ocasiones el propio brote o encontrarse en una situación de desnutrición pueden ser los factores que disminuyan la fertilidad, aunque no son los únicos. Otros mecanismos que pueden influir en ella son la extensión de la inflamación hacia las trompas de Falopio y ovarios en la enfermedad de Crohn o cuando el coito es doloroso (dispareunia) debido a que la enfermedad perianal está activa o se han formado adherencias en la pelvis tras cirugías como la proctocolectomía con reservorio íleo-anal. A pesar de este escenario oscuro existen estudios que ofrecen esperanza a las pacientes sometidas a proctocolectomía con reservorio íleo-anal que tienen problemas para concebir. En estos casos, las técnicas de fecundación in vitro son una posibilidad que pueden considerar porque las tasas de embarazo son similares a las de pacientes con colitis ulcerosa, con o sin reservorio íleo-anal2.

Fármacos y riesgos para el embarazo3

Las pacientes no deben abandonar, bajo ningún concepto, su tratamiento cuando están embarazadas sin antes consultarlo con su profesional médico. ¿Por qué? Porque dejar o discontinuar la medicación por decisión propia es peor y más perjudicial que los posibles efectos adversos del tratamiento.

A pesar de que actualmente la mayoría de los fármacos se consideran seguros durante el embarazo y la lactancia, no son compatibles con el embarazo: Metotrexato, Tofacitinib, Talidomida, 6-Tioguanina (embarazo) y Ciclosporina (lactancia). En el caso de los hombres, el tratamiento con sulfasalazina puede afectar, de forma reversible, al número y movimiento de los espermatozoides.

Para evitar llegar a esta situación en la que el/la paciente esté tomando fármacos contraindicados para la gestación o pueda abandonar el tratamiento por su cuenta, el sanitario debe saber, tal y como hemos explicado anteriormente, la intención de tener hijos de los pacientes, porque solo así podrá modificar el tratamiento y sustituirlo por otros medicamentos o técnicas como la aféresis leucocitaria que si sean compatibles con el embarazo. Este último procedimiento, el de la granulocitoaféresis, es un tratamiento no farmacológico que consiste en eliminar los tipos celulares o mediadores inflamatorios del torrente sanguíneo a través del paso de la sangre por una columna que esta rellena de esferas de acetato de celulosa las que /donde diversas subpoblaciones leucocitarias inflamatorias quedan adsorbidas/retenidas.  Este proceso es un tratamiento no farmacológico que ofrece una alternativa eficaz y segura a los pacientes que no responden a otros tratamientos o, como en el caso de las mujeres embarazadas, no pueden tomar ciertos fármacos por los efectos secundarios que provocan.

  1. FERTILIDAD Y EMBARAZO EN PACIENTES CON ENFERMEDADES INFLAMATORIAS INTESTINALES | Revista Médica Clínica Las Condes (elsevier.es)
  2. In Vitro Fertilization Is Successful in Women With Ulcerative Colitis and Ileal Pouch Anal Anastomosis – PubMed (nih.gov)
  3. FERTILIDAD Y EMBARAZO EN PACIENTES CON ENFERMEDADES INFLAMATORIAS INTESTINALES | Revista Médica Clínica Las Condes (elsevier.es)

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